El viajero del tiempo – Alberto Chimal

Last Updated on: 21st diciembre 2017, 05:12 pm
El Viajero del Tiempo colecciona demostraciones de imposibilidad (p.e. del vuelo de los abejorros, la felicidad o el viaje por el tiempo).
Antes de leer sobre este libro, deberían antes leer este artículo: Tolstoi descubre las cualidades de la minificción.
Luego, deberían buscar el libro en FCE o alguna otra librería de confianza. Para dimensionar este ejercicio, retomo algunos puntos del artículo del propio Chimal:
Andrés Ibáñez publica en 2009 un texto contra la minificción, acusándola de ser sólo un chiste sin mayor mérito, una ocurrencia que prefieren quienes no quieren o no pueden esforzarse en escribir algo más meritorio, es decir, una novela.
“Los microrrelatos, en efecto, son muy aburridos. Y no es ese, probablemente, el peor de sus defectos. Me atrevería a decir que los microrrelatos son a la literatura lo que un sobrecito de ketchup es a la alimentación humana. En otras palabras, que los microrrelatos no son en realidad literatura porque no son, en realidad, nada. No son un género literario. No son un relato muy breve. No son “el resultado de una enorme depuración expresiva”. En el 99.99 por ciento de los casos no son más que chorradas. Y chorradas llenas de clichés, además. Microrrelato: la mínima extensión que puede alcanzar una obra literaria de calidad pésima.”
En su defensa, Chimal plantea un punto que sirve de justificación para su propia obra:
Hay algo que Ibáñez, y algunas de las (pocas) personas que lo defendieron razonablemente, no tienen en cuenta en ningún momento: la mayoría de las minificciones que valen la pena existen acompañadas, pero no de un aparato de lectura a modo, sino de otras minificciones: se escriben y se publican en series y su propósito no es que tengan la contundencia de un cuento tradicional sino que logren, por acumulación, una impresión de vastedad distinta a la que logra una novela: la de las variaciones que se pueden crear sobre un concepto, una idea, una referencia intertextual, un tema.
De esto va el Viajero del Tiempo: una acumulación de relatos que tuvieron en su origen los 140 caracteres de Twitter, pero que ahora viven en un aparato dividido en 6 capítulos y tiempos y posibilidades infinitas.
Creo que el ejercicio es interesante y conviene echarle un ojo a un escritor que ha sabido romper los cánones tradicionales de formas y motivos en la literatura mexicana actual, para ofrecernos una propuesta diferente en cuanto a la concepción de la literatura, el hombre y el tiempo.